Fiesta rusa en el primer partido del Mundial.


Los rusos llegaban a este encuentro con una doble responsabilidad, no solo reivindicarse con su afición, sino, mostrarle al mundo su capacidad organizativa para recibir la cita orbital más grande del fútbol.

Los árabes entrarón al partido con la intención de colocar la iniciativa, sin embargo los locales con más empuje que juego llegaron poco a poco a la portería de Al Muaiouf. Fue en el minuto 12 cuando un certero cabezazo de Yury Gazinskiy abrió el marcador para los rusos y el ambiente en el estadio cambió completamente.

Los saudís intentaron reponerse de un gol tempranero, pero Denis Cheryshev anotó el segundo con una gran jugada individual al minuto 43, veinte minutos después de ingresar por el lesionado Dzagoev. Con el marcador a favor se fueron al descanso.

En la reanudación la maquinaría rusa se encendió nuevamente, el joven Golovin comando el ataque ruso y de sus pies nació el tercer gol, un cabezazo al recién ingresado Dzyoba que sentenció el partido al minuto 71. Los locales continuaban atacando y los árabes con grandes deficiencias en tenencia y defensa resistían los embates como podían.

Ya en tiempo de adición, Cheryshev colocó un remate en la escuadra de fuera del área para ser el primer goleador del mundial con dos tantos, por su parte el premio al jugador revelación llegó al minuto 90+4 cuando Golovin cobró un precioso tiro libre imposible para las manos del arquero saudí.

Rusia celebró y consiguió tres puntos que lo acerca a la siguiente ronda, además del subidón moral que consiguió con el abultado resultado, habrá que esperar como actuará cuando se mida a un ataque más exigente como el de Uruguay, sin embargo, dejó claro que jugar en casa no le pesa y que los jugadores buscaran su pase a Octavos de Final, por su parte los Árabes tendrán que replantearse si quieren seguir soñando con pasar a la siguiente ronda.

 

Fabián Pinzón León